El 11 de abril de 2021, una agente de policía detuvo, en el suburbio de Twin Cities Brooklyn Center, a Daunte Wright, un hombre negro de 20 años, supuestamente porque las placas identificativas de su coche habían vencido. Este asesinato, que tiene lugar en medio del juicio contra el oficial de policía que asesinó a George Floyd en Minneapolis el pasado mayo, muestra que la situación de lxs negrxs amenazadxs por la violencia policial apenas ha cambiado desde mayo de 2020. De esto se pueden extraer importantes conclusiones.
Kim Potter, la agente de policía que asesinó a Daunte Wright, era la presidenta de la Asociación de Oficiales de Policía del Centro de Brooklyn; ha trabajado para el departamento durante casi 25 años. Aunque el alcalde de Brooklyn Center ha tratado de excusar el asesinato tachándolo de accidente, en las imágenes de la cámara corporal se la puede ver manejando el arma durante varios segundos antes de dispararle. El asesinato de Daunte Wright no es el resultado de una falta de formación, experiencia o protocolos adecuados. Es el resultado previsible de enviar mercenarixs armadxs a aterrorizar impunemente a las comunidades.
La agente Kim Potter y el jefe de policía del Brooklyn Center Tim Gannon han dimitido hoy, pero esto no disminuye la probabilidad de que se repitan esos asesinatos. No se trata de unas cuantas manzanas podridas.
Las manifestaciones del verano pasado contra los asesinatos policiales fueron finalmente neutralizadas en parte por las promesas de lxs políticxs de retirar fondos a los departamentos de policía. Ninguna de estas promesas se ha traducido en un cambio significativo. Hoy, quienes se oponen a los asesinatos policiales deben reconocer, que el precedente indispensable de los movimientos de 2020 fue la destrucción del Tercer Recinto por iniciativa popular, y no cualquiera de las iniciativas reformistas que siguieron. La abolición de la policía no se producirá utilizando los mismos canales que la mantiene.
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La fuente de noticias anarquista It’s Going Down ofrece una descripción general de las manifestaciones de solidaridad que han tenido lugar en todo el país en respuesta al asesinato de Daunte Wright. Si bien las condiciones inmediatas que hicieron que decenas de miles de personas entraran en una lucha abierta contra la policía en mayo y junio de 2020 han cambiado con el fin de la administración Trump y el retroceso de la pandemia, el enfoque de confrontación que la gente empleó el verano pasado se ha normalizado y la variedad de tácticas que se consideran legítimas se ha ampliado. Esto representa de aquí en adelante, un nuevo punto de partida para las luchas contra la supremacía blanca y la violencia policial.
En el siguiente relato desde Minneapolis, repasamos los eventos de las últimas 48 horas, incluida la vigilia en memoria de Daunte Wright.
Una primavera fría y lluviosa en Minnesota. Una pareja joven que sale, una parada de tráfico, una vida. Daunte Wright, de 20 años, detenido por tener las placas caducadas, asesinado por el estado. En la conferencia de prensa oficial, además de publicar las imágenes de la cámara corporal, Mike Elliot, el primer alcalde afroamericano del suburbio de Brooklyn Center, afirma creer que la agente Kim Potter, cometió un error “trágico”, con la intención de disparar su pistola Taser acabó disparando su pistola “accidentalmente”. Otro accidente más para la policía—otra muerte más para la gente.
- Jamar Clark, 16 de noviembre de 2015—
- Philando Castile, 6 de julio de 2016—
- George Floyd, 28 de mayo de 2020—
- Daunte Wright, 12 de abril de 2021.
Todos jóvenes negros, todos en Minnesota, todos en el condado de Hennepin, todos asesinados por la policía.
Mientras Daunte Wright seguía con su día sin saber que sería el último, la gente de todo el país estaba viendo el juicio por el asesino de George Floyd. Cuando la agente de policía lo detuvo, la fiscalía encabezada por el fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, estaba concluyendo su caso ante el jurado.
El primer musulmán en ser elegido para un cargo nacional, Keith Ellison representa lo mejor de lo que el electoralismo tiene para ofrecer y es la parte más progresista del Partido Demócrata. Su hijo, Jeremiah Ellison, ha estado liderando dentro del Ayuntamiento de Minneapolis el llamamiento a dejar de financiar la policía; su exesposa está en la junta escolar, impulsando un nuevo plan para abordar la brecha educativa en Minnesota. Ellison ha sido un amigo de lxs trabajadorxs y está respaldado por el Partido Laborista de Granjerxs, Minnesota DFL. Lxs Socialistas Demócratas de América lo respaldaron en su intento de convertirse en presidente del Partido Demócrata en 2017.
La comunidad se levantó en respuesta al asesinato. Mucha gente salió a las calles el domingo por la noche, con vecinxs y jóvenes al frente. La respuesta policial fue dura: atacaron a lxs manifestantes con gases lacrimógenos, balas de goma y porras, disparando indiscriminadamente contra los apartamentos residenciales y viviendas humildes que rodeaban la comisaría de Brooklyn Center. Lxs residentes contraatacaron, enfurecidxs por este flagrante desprecio por su seguridad. Las batallas campales se prolongaron hasta la noche mientras los negocios locales ardían. A la mañana siguiente, se difundió la noticia de que la familia de Daunte Wright había convocado una vigilia para las 7 pm del lunes por la noche, en la intersección de Kathrene Drive y 63rd, donde la policía había disparado a Daunte frente a su novia.
El estado respondió instaurando el toque de queda a partir de las 7 pm y hasta las 6 am. La vigilia se trasladó a las 6 de la tarde.
Desde 2020, lxs que están en contra de la violencia policial han mantenido una zona autónoma en la George Floyd Square. En los días posteriores al asesinato de George Floyd, mientras esa plaza era posiblemente el núcleo de la resistencia, la gente erigió allí una escultura de madera de un puño en alto. Desde entonces, la Alianza para la Defensa de lxs Trabajadorxs y otros grupos han defendido este espacio como parte de la gran zona autónoma de Powderhorn. Lxs defensorxs de la comunidad que tienen relación con la plaza George Floyd, llevaron a la vigilia la escultura del puño en memoria de Daunte Wright, ya que representa la defensa colectiva de todas las vidas negras y el desafío al sistema que las arrebata.
La gente de toda el área metropolitana de Twin Cities se reunió en señal de duelo, descendiendo hasta la estación de policía de Brooklyn Center. Lxs vecinxs, enfurecidxs por la policía que lanzaba gases lacrimógenos y disparaban a sus casas con balas de goma, salieron a la calle por cientos a pesar de la helada lluvia. A las 8 pm la protesta sumaba más de 1000 participantes; la comisaría de policía estaba rodeada. Cientos de manifestantes más rodearon el área con sus coches, tocando la bocina, bloqueando el tráfico e impidiendo a la policía reunir a sus efectivos. La multitud lanzaba fuegos artificiales; las autoridades temían otra pérdida total del control.
El alcalde Mike Elliot pidió al gobernador demócrata de Minnesota que convocara a la Guardia Nacional, así como a agentes de otras jurisdicciones locales. Antes del veredicto en el juicio por el asesinato de George Floyd, se había elaborado un plan de emergencia completo que implicaba el despliegue de más de 1000 soldados de la Guardia Nacional. En ese momento, al caer la noche y mientras lxs vecinxs, predominantemente de la comunidad negra y con bajos ingresos, expresaban su tristeza y rabia, lxs demócratas progresistas estatales decidieron lanzar contra ellxs todo el poder y la furia de la Guardia Nacional y un ejército de policías locales.
Marchando con las porras en la mano, la policía agredió a las personas que se encontraban haciendo el duelo y a la prensa por igual, disparando gas, balas de goma, partiendo cabezas con una furia metódica para dividir a lxs manifestantes, mientras los vehículos blindados establecían un perímetro de seguridad. Cientos se dispersaron. Lxs manifestantes que iban en sus coches fueron perseguidxs y arrestadxs. En repetidas ocasiones, cuando la policía detenía un automóvil, lo rodeaba y apuntaban con rifles de asalto a la cara de lxs conductorxs.
En medio del caos, aproximadamente a las 11 pm, el alcalde Mike Elliot y el fiscal general Keith Ellison se presentaron para suplicar a la multitud.
Flanqueadxs por guardias, policías antidisturbios y seguridad privada armada, lxs representantes del estado se dirigieron a lxs manifestantes. “Os escuchamos, por favor iros a casa”, suplicó el alcalde Mike Elliot, con un casco militar, sudando bajo la lluvia helada.
“¡Sacar a vuestrxs cerdxs de las calles!” respondieron lxs dolientes enojadxs.
“No puedo hacer eso, necesitamos —todo el mundo necesita— volver a casa. Os escuchamos.” suplicó Elliot.
“Keith Ellison intervino. “Sabéis dónde estuve hoy. Sabéis que se hará justicia.”
“¿Como la justicia que le están dando a Floyd? ¡Acabamos de perder a otro hombre aquí! “ se contestó.
“¡Mirad, se hará justicia, se ha instaurado el toque de queda y debéis regresar a casa! ¡No queremos más bajas, no queremos más mártires, no queremos que nadie más resulte herido aquí esta noche! “ Ellison se retiró detrás de la línea policial.
No necesitamos más mártires. En este intercambio, el Fiscal General Ellison dijo todo lo que se necesita saber sobre el reformismo electoral y el estado. Quiere hacernos creer que, incluso como Fiscal General, al lado del alcalde, no tiene autoridad sobre la policía o la Guardia Nacional. Su declaración fue una amenaza, que implicaba que se usaría fuerza letal para hacer cumplir el toque de queda si fuera necesario y que él no podía hacer nada para detenerlo—o bien, que elegía no hacerlo.
Esto ayuda a explicar por qué lxs manifestantes han seguido utilizando tácticas que pueden ejercer presión incluso frente a la violencia estatal coordinada. En la noche del 11 de abril, al menos 52 empresas en el área de Twin Cities sufrieron vandalismo o saqueos. Al final de la noche siguiente al 12 de abril, decenas de negocios habían sido vandalizados y saqueados una vez más, incluida una tienda Target, una tienda de teléfonos móviles, un Dollar Tree, en un centro comercial en el que todas las tiendas fueron saqueadas y varios objetivos más en la zona residencial de Minneapolis y otros centros comerciales.
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Al final, la justicia somos solo nosotrxs. Somos nosotrxs los que debemos determinar si la policía puede salirse con la suya, y cuáles deben ser las consecuencias para ellxs y el gobierno que les paga—no los tribunales administrados por el mismo sistema que lxs envía a atacarnos.
Lucharemos en Brooklyn Center. Lucharemos en George Floyd Square. Lucharemos en todas partes.
El veredicto sobre el caso del asesinato de George Floyd está visto para sentencia—junto con los casos de Jamar Clark, Philando Castile y Daunte Wright. Estos no fueron accidentes, sino el resultado inevitable de la violencia supremacista blanca en el centro de las instituciones gobernantes de esta sociedad. Tenemos que abolir estas instituciones y el orden que mantienen. Todo el que se interponga en el camino de esto será cómplice de asesinato.