Un relato inquebrantable y crítico desde dentro de las manifestaciones que derrocaron al gobierno ucraniano en 2014.
En noviembre de 2013, estallaron protestas en Kiev contra el Gobierno de Víktor Yanukóvich, entonces presidente de Ucrania, en respuesta a que Yanukóvich había dado prioridad a los lazos económicos y diplomáticos con Rusia. Los manifestantes ocuparon Maidan Nezalezhnosti (Plaza de la Independencia), empleando tácticas conocidas de movimientos anteriores en Egipto, España y Turquía. En respuesta, Yanukóvich ordenó ataques policiales y el gobierno introdujo leyes represivas contra las protestas. Esta situación llegó a su punto álgido en febrero de 2014 con enfrentamientos en los que la policía mató a más de cien personas1 Yanukóvich perdió el control y huyó a Rusia; un nuevo gobierno tomó el poder en Ucrania, tratando de cambiar los lazos económicos y diplomáticos ucranianos hacia la Unión Europea. En respuesta, el gobierno de Vladimir Putin ordenó la toma de Crimea, precipitó una guerra civil en el este de Ucrania y, en última instancia, lanzó una invasión generalizada de Ucrania en 2022.
La secuencia de levantamientos mundiales que condujeron a la revolución ucraniana había comenzado con la insurrección iniciada por los y las anarquistas en Grecia en diciembre de 2008. En los cinco años siguientes, este impulso se había extendido por todo el mundo, desde la llamada “primavera árabe” y el movimiento Occupy hasta Brasil y Bosnia. El levantamiento de Ucrania se basó en algunas de las mismas fuentes de descontento y utilizó muchas de las mismas tácticas. Sin embargo, en Kiev, los fascistas establecieron un punto de apoyo dentro del levantamiento, marginando por la fuerza a los anarquistas.
En retrospectiva, la revolución ucraniana representó un punto de inflexión, introduciendo una nueva era en la que algunas de las estrategias que anteriormente se habían asociado con la política anticapitalista y antiautoritaria serían adoptadas por grupos neoliberales, nacionalistas y fascistas con agendas completamente diferentes. Como argumentamos en su momento,
El modelo que hemos visto en Kiev abre el camino para que los fascistas y otros reaccionarios recreen el orden dominante dentro de los movimientos de resistencia, no sólo reinsertando jerarquías formales y roles de género, sino también limitando la sustancia de la lucha a un enfrentamiento de organizaciones armadas en lugar de extender la subversión a todos los aspectos de las relaciones sociales. Una vez que se añade el nacionalismo a esta ecuación, la guerra no está lejos.
No es de extrañar que, una vez que quedó claro que estos levantamientos podían derrocar gobiernos, otros actores políticos se involucraran, trayendo consigo sus agendas. La cuestión es cómo las visiones anarquistas de la liberación pueden enfrentarse a fuerzas políticas con muchos más recursos, a medida que el mundo entra en un periodo de inestabilidad generalizada.
Uno de los participantes en los acontecimientos de febrero de 2014 fue Dmitry Petrov, un anarquista de veinticuatro años de Moscú. Dmitry se había curtido en varias luchas antifascistas, antiautoritarias y ecologistas, fundando el Blog Negro como un lugar en el que informar sobre la acción directa y participando en el movimiento de protesta ruso de 2011-2012 en respuesta a las elecciones amañadas que mantuvieron a Vladimir Putin en el poder. Viajó a Kiev a principios de febrero, uniéndose a otros anarquistas rusos para apoyar a los y las ucranianas en su resistencia contra un gobierno alineado con la misma autocracia que los anarquistas combatían en Rusia2 En el proceso de participación en el levantamiento ucraniano, Dmitry esperaba promover una visión anarquista de la liberación.
Lo que Dmitry vio en Kiev fue a la vez estimulante y desalentador. En sus informes, documenta cómo el militarismo, el nacionalismo y la organización jerárquica alejaron al movimiento del tipo de cambio social profundo que él buscaba. Al mismo tiempo, mantuvo su fe en el potencial de todos los seres humanos para autoorganizar colectivamente sus vidas, defendiendo apasionadamente la solidaridad entre rusos y ucranianos en la resistencia a todas las formas de opresión. Frente a las amenazas fascistas, hizo todo lo posible por dar cabida a las propuestas anarquistas en las protestas de Maidan.
La implicación de Dmitry en Ucrania no terminó con este diario. Cuatro años después de la revolución de 2014, tras enterarse de que la policía secreta rusa estaba interesada en él, Dmitry regresó a Kiev para vivir en el exilio. A pesar de su precaria situación como expatriado, siguió poniendo en práctica su política: por ejemplo, en 2020, anarquistas atacaron el Departamento de Investigación del Ministerio del Interior en Kiev en solidaridad con el Levantamiento de George Floyd. Cuando las fuerzas rusas invadieron Ucrania en 2022, Dmitry ayudó a formar un “pelotón antiautoritario” dentro de las fuerzas de defensa territorial alrededor de Kiev; murió en combate en Bakhmut en abril de 2023. Puede obtener más información sobre la vida de Dmitry aquí.
Hemos traducido y anotado los informes de Dmitry desde Kiev en febrero de 2014 porque representan un valioso documento que ofrece una visión de los acontecimientos históricos, pero también porque las cuestiones a las que Dmitry se enfrentó ese mes en Kiev siguen enfrentándonos hoy. Como argumentamos en 2014,
No estamos simplemente en un conflicto con el Estado en su encarnación actual, sino en una lucha a tres bandas contra él y sus oponentes autoritarios. El orden social actual se regenerará indefinidamente hasta que surja una forma de resistencia capaz de derrocar gobiernos sin sustituirlos. No se trata sólo de un combate de armas; es un choque entre diferentes formas de relaciones. No es sólo una lucha por el territorio físico, sino también por las tácticas y las narrativas, por el propio territorio de la lucha.
El hecho de que estos movimientos puedan ser secuestrados por los nacionalistas no significa que debamos permanecer ajenos a ellos. Esta fue la reacción inicial de muchas personas anarquistas ante las ocupaciones de plazas en España y Occupy en EEUU, y podría haber sido desastrosa. Mantenerse al margen en un momento de confrontación popular con el Estado permite a los antagonistas rivales tomar la iniciativa, conectar con el público en general y definir lo que está en juego.
En los años transcurridos desde la Revolución ucraniana, los nacionalistas y los fascistas han cobrado impulso en todo el mundo, presentándose falsamente como rebeldes contra el orden imperante incluso cuando tratan de imponer una versión aún más opresiva del mismo. Los anarquistas y los antiautoritarios no les han cedido el terreno de la rebelión, pero los nacionalistas se están convirtiendo en una fuerza peligrosa incluso en lugares que antes se asociaban con movimientos de izquierda. En Francia, en 2018, el movimiento de los chalecos amarillos se convirtió en un campo de batalla en el que los antiautoritarios contendieron con los fascistas para representar la alternativa a las políticas neoliberales de Emmanuel Macron3. Si bien la experiencia de Dmitry en las protestas de Maidan podría haber parecido representar el peor escenario posible en 2014, hoy muchas de nosotras en otros lugares del mundo podríamos experimentar algo similar en un futuro no muy lejano.
Afortunadamente, en los años posteriores a la revolución de 2014, los fascistas no consiguieron hacerse con el poder estatal en Ucrania. Les fue sorprendentemente mal en las elecciones posteriores, teniendo en cuenta la influencia que habían ejercido en las calles de Kiev. Si el movimiento de protesta en Rusia en 2012 hubiera logrado derrocar a Putin, la revolución que tuvo lugar en Ucrania en 2014 podría haber formado parte de una ola de cambio real en toda la región. Incluso el reaccionario más acérrimo debe reconocer que eso habría sido preferible a la guerra que ha matado o mutilado a cientos de miles de personas. En lugar de eso, el movimiento fue aplastado en Rusia, y sólo consiguió un cambio de gobierno en Ucrania, preparando el terreno para la guerra que continúa hoy.
En ámbitos anarquistas se sigue debatiendo cuál es la mejor manera de conceptualizar y abordar la guerra entre Rusia y Ucrania. Todavía hay grupos anarquistas activos en Ucrania, como Colectivos de Solidaridad y Asamblea. La represión ha silenciado la mayoría de las formas de disidencia en Rusia; Solidarity Zone se organiza para apoyar a los presos políticos de ese país.
Esta traducción es un proyecto conjunto de anarquistas de habla inglesa y rusa, un humilde esfuerzo por promover el entendimiento mutuo y la acción colectiva a escala internacional. Nos enfrentamos a muchas cosas, pero juntos podemos marcar la diferencia.
“Hay una lucha dentro de cada persona: por un lado, la gente de aquí ha salido a resistir la coacción de los que están en el poder, pero por otro, el peso de los prejuicios, el hábito de las actitudes sociales jerárquicas y la estructura vertical de la sociedad siguen siendo muy fuertes y arrastran la resistencia.”
-Dmitry Petrov, en la sexta entrega de su Diario de Maidan
I. Diario de Ucrania, Día 1: Kharkiv
Publicado el 7 de febrero de 2014
A primera hora de la mañana del 7 de febrero, Járkiv me recibió con un frío sombrío, inspecciones policiales minuciosas pero inútiles y otros ajetreos. Esta metrópolis de millón y medio de habitantes se ha convertido en una etapa en el camino hacia el Maidan de la capital, del que, si todo va bien mañana, informaremos en breve.
Después de hacer turismo, metiéndonos en un metro abarrotado como en Moscú, visitamos el Maidan local. Cerca del monumento a [el famoso poeta ucraniano] Taras Shevchenko, en una tarde de febrero no demasiado gélida pero húmeda, se habían reunido unos 200 ciudadanos pacíficos con banderas amarillas y azules.
Después de haber estado aquí, tengo que admitir que me sorprendió que hace algún tiempo circularan entre los anarquistas moscovitas llamamientos para ir a Kharkiv, a locales, supuestamente prometedores de acciones de protesta. Por el momento, las cosas parecen más bien aburridas y sin incidentes aquí, con el debido respeto a las personas que están allí ahora, a pesar del mal tiempo y la presión policial claramente perceptible. Además de las banderas estatales, se puede ver la del partido fascista “Svoboda”4 y la de “Batkivshchyna”5 de Timoshenko y, por supuesto, la bandera de la Unión Europea. Los simpáticos “svoboditas” [miembros de Svodoba] me entregaron un ejemplar de su periódico… Tienen su propia tienda en la que recaudan fondos.
A los oradores no se les oye muy bien y hablan más bien bajo, en marcado contraste con el expresivo monumento revolucionario a Shevchenko. Una pancarta en la que se lee “Abajo la sangrienta dictadura”, en ucraniano… Se nota la presencia de la policía; la ciudad en general da la sensación de que las autoridades están en guardia, y parece que vigilan en silencio a los que llegan.
El Maidan de Kharkiv se encuentra a una distancia excesivamente respetuosa de los edificios administrativos. No parece haber aún señales de ocupaciones. Cuando nos acercamos a la zona de recepción, pudimos ver una patrulla de los legendarios “titushkas” [mercenarios que apoyaron a las fuerzas de seguridad ucranianas durante el gobierno de Yanukóvich, a menudo haciéndose pasar por gamberros callejeros], matones a sueldo simplemente estúpidos y arrogantes, que incluso dirigieron su atención a nuestra modesta compañía, pero luego se marcharon. La entrada al edificio está vigilada por la policía, pero no por un escuadrón muy reforzado.
Se supone que esta noche continuará nuestra peregrinación. Esperemos que sin complicaciones imprevistas.
D.Ch. MPST [“Д.Ч. МПСТ”-estas iniciales significan Dima Chascshin, uno de los muchos seudónimos de Dmitry, seguidas de las iniciales del sindicato MPST].
II. Diario de Ucrania, Día 2: Conociendo Maidan
Publicado el 9 de febrero de 2014
Atrás queda el traqueteo de la litera superior del tren desde Kharkiv. A la salida de la estación central de metro, Khreshchatyk, nos reciben enormes barricadas, apiladas con bolsas de algo pesado. Detrás hay tiendas de manifestantes, erizadas de carteles y banderas. Me acordé de la vista que teníamos fuera de la estación moscovita de Teatralnaya, una calle similar con una acera de adoquines, a una manzana de la Plaza Roja… como si estuviera ocurriendo allí.
Llama la atención la abundancia de pancartas negras y rojas, pero aquí no se trata de los colores anarco-comunistas, sino que pretenden recordar las actividades de la Organización de Nacionalistas Ucranianos [un grupo de extrema derecha influenciado por el fascismo, en el que participaba Stepan Bandera, que colaboró con los nazis] hace medio siglo.
La escala del “pueblo rebelde” de Maidan es asombrosa. La calle central y la plaza central de Ucrania se han liberado de hecho de su autoridad central y están ocupadas por los y las manifestantes (¿o ya rebeldes?), controlados por sus unidades de autodefensa. El campamento se extiende a lo largo de un kilómetro. A su alrededor se ven las chimeneas de las cocinas de campaña y las tiendas de campaña con calefacción. Esta imagen tiene algo de campamento cosaco.
Hay banderas azules y amarillas por todas partes, y también símbolos de partidos: principalmente “Batkivschyna”, “Svoboda”, “Spilna Pravda”… para decirlo con tacto, estos tipos no son cercanos a nosotros ideológicamente.
Por todas partes, los sotni -o “cientos”, las unidades de autodefensa del Maidan- marchan combativamente. Gente con porras, enmascarados y a veces con máscaras antigás o ropa de estilo militar, causan una impresión bastante intimidatoria y repulsiva, pero al mismo tiempo son agradables a la vista, en el sentido de que crean una clara sensación de que aquí ya no rige el monopolio estatal de la violencia. La bravuconería y el militarismo ostentoso se yuxtaponen aquí a la difícil pero honorable necesidad de enfrentarse directamente a las estructuras represivas del Estado.
El bullicio de la “ciudad rebelde” da paso a multitudes de turistas y tensos grupos de voluntarios más cerca de la calle Grushevsky, donde el resbaladizo asfalto está cubierto de ceniza negra y el aire apesta a hollín. Aquí se encuentra la entrada al estadio del Dinamo, que en las últimas semanas ha sido noticia en todo el mundo. Está cubierta de marcas de fuegos.
Todos los pasos entre las barricadas están bloqueados por vigilantes. No se permite la entrada al común de los mortales, sólo a los participantes “certificados” en defensa personal. Más adelante, hay dos barricadas más y, detrás de ellas, hay líneas de Berkut [policía antidisturbios ucraniana]. En primera línea, entre las banderas ucranianas y las banderas de Bandera, cuelgan las banderas de [la república separatista chechena de] Ichkeria y de la Unión Europea; esta escena ilustra brillantemente el eclecticismo ideológico del Maidán.
A través de nuestros camaradas, nos familiarizamos con los y las anarquistas y simpatizantes locales. Poco a poco nos vamos orientando. Nos acomodamos en una de las varias tiendas ocupadas por anarquistas.
Ahora hay una animada discusión entre nuestrxs compañerxs de ideas afines sobre la creación de su propia centena como parte de la autodefensa de la Maidan, y sobre otras iniciativas anarquistas en la Maidan. Muchos compañeros están preocupados de que la creación de una centena “oficial” podría atar a los anarquistas con obligaciones a los órganos no elegidos del “gobierno de Maidan”, mientras que otros, por el contrario, hacen hincapié en que este gobierno es nominal, colegiado, y más o menos horizontal.
Todavía no hemos podido formular nuestra propia opinión sobre todas estas “milicias populares”, “policía fiscal”, “ministerios” y “cuarteles generales” en el Maidan. Una cosa es cierta: hay bastantes personas que quieren hacerse con el poder dentro del movimiento sin cargar con ningún procedimiento democrático. Al mismo tiempo, el carácter predominantemente espontáneo de todo lo que está ocurriendo impide la aplicación de estos planes.
Pero la espontaneidad rara vez dura, así que me parece que, o bien todo se desplazará hacia la verticalidad y el imperioso poder sin ley de los “agentes de seguridad” y los “líderes” del Maidan, o bien será posible crear un autogobierno horizontal estructurado y bien ordenado.
Los y las anarquistas están representados en la Maidan, aunque mucho menos visibles que en el movimiento anti-Putin de Moscú de hace un año y medio (nótese que el movimiento de protesta ucraniano es en todos los aspectos mucho más serio que el movimiento ruso; debemos alcanzarlo y superarlo).
Hay varios problemas. En primer lugar, es bastante evidente que el objetivo de muchos manifestantes es “que las cosas sean como son en Europa”; es difícil explicarles nada sobre otras formas de organización socioeconómica. En segundo lugar, aquí hay muchos nacionalistas. Esto se puede ver en todo: en los símbolos, las pintadas, los trajes de muchos activistas de la Maidan, y en el número de veces que oirás “¡Gloria a Ucrania!” mientras caminas por la Maidan.
Al mismo tiempo, debemos comprender que, aparte de los agresivos partidarios de la “mano dura” que está creando la ucranización total, el amplio conglomerado de nacionalistas ucranianos incluye a personas de opiniones más razonables, quizá incluso a quienes no encajan en la definición de “nacionalista”. Como bien señaló mi camarada, “los peores aquí son los nacionalistas respetables, como Svoboda”.
A pesar de estos problemas, los y las anarquistas tienen claramente la oportunidad de demostrar que son una fuerza que merece la pena, y el vector espontáneo y antiautoritario del movimiento de protesta también está creado por unas condiciones externas que no son favorables, pero tampoco son ni mucho menos desesperanzadoras para nuestra causa libertaria.
D.Ch. MPST
III. Diario ucraniano, día 3: Veche [Asamblea] popular y flexión fascista en el Maidan
Publicado el 11 de febrero de 2014
La jornada de ayer (9 de febrero) en la Plaza de la Independencia de Kiev estuvo marcada ante todo por la “Asamblea Popular” [veche, consejo], que se celebra semanalmente los domingos. A la hora señalada, la plaza se llenó de un importante número de manifestantes: entre 100.000 y 300.000 personas. Era un número considerablemente superior al que está presente constantemente en el Maidan. Todos ellos escuchaban lo que sucedía en el gran escenario. Adelantándonos a los acontecimientos, observamos que, de hecho, la veche no fue muy diferente de las concentraciones anti-Putin de 100.000 personas en Rusia, donde el público se tragaba de forma similar los discursos de los bien promocionados “líderes de la oposición”.
Me sorprendió la introducción clerical. El presentador del mitin, con voz espiritual, dijo que iban a hablar los clérigos. Así pues, la fiesta fue precedida por discursos de jerarcas de diverso grado de severidad [el autor está siendo irónico] de la Iglesia Ucraniana Autocéfala, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (Patriarcado de Kiev), la Iglesia Católica Griega (Uniatas), la Iglesia de los Cristianos Evangélicos Bautistas y Musulmanes. Los clérigos hablaron más o menos en el orden indicado.
Los tres primeros, representantes de confesiones tradicionales de masas, hablaron con decoro, recordando la proximidad de la Cuaresma, haciendo un llamamiento a la paz, al tiempo que bendecían a los manifestantes. El pentecostalista predicó un acalorado sermón, recordándonos que el gobierno pecador había sido entregado al pueblo por sus pecados, pero que ahora era el momento, una vez limpios de sus pecados, de darle la vuelta. El mulá incluso declaró directamente que los musulmanes de Ucrania, representados principalmente por los tártaros de Crimea, habían estado junto al Maidan desde los primeros días de la protesta.
A esto siguió el canto del “himno espiritual de Ucrania”. Al mismo tiempo que tenía lugar uno de los discursos, una fila de personas con paraguas abiertos marchaba entre la multitud… algunos de los paraguas no eran los más puritanos: estaban pintados con dibujos de gente besándose o eran negros con lazos rosas. Por un momento, pensé que se trataba de una acción anticlerical, y que los paraguas pretendían proteger las mentes de los presentes del incesante torrente de gracia divina. Resultó que era algo más prosaico: una manifestación de solidaridad con el canal de televisión opositor ruso Dozhd.
Sin entrar en largas discusiones “analíticas”, sólo diré que ver un interés tan acentuado por la opinión de las “autoridades espirituales” dejó poca emoción agradable en mi corazón; por otra parte, sugiere con fuerza que, a pesar del “rumbo hacia la UE”, la cultura política de Ucrania sigue estando bastante alejada de la cultura europea. Aun así, es imposible no notar la unidad de los representantes de ramas religiosas tan diferentes ante esta lucha contra las autoridades. Al otro lado de la barricada espiritual en Ucrania se encuentra el Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
A continuación intervino el establishment de la oposición. Allí estaban los “Napoleones” [el boxeador de pesos pesados Vitali] Klitschko, [el líder de Svoboda, Oleh] Tyahnybok, y [el político Arseniy] Yatsenyuk [que se convirtió en primer ministro sólo unos días después, tras la revolución], así como otras “celebridades” que, por desgracia, son poco conocidas para el autor de estas líneas.
Además de pasajes puramente retóricos, los discursos contenían un conjunto estándar de llamamientos. Se invitaba al público a esforzarse hacia Europa (como si la “integración europea” fuera una gran victoria para el pueblo ucraniano, y no para el capital europeo, que quiere utilizar a este pueblo en su propio beneficio). Se instó a todo el mundo a unirse a las filas de los combatientes de autodefensa de Maidan; al parecer, los honorables candidatos ven esta formación como moneda de cambio en las próximas batallas políticas; me gustaría verlos decepcionados.
Pidieron obediencia a los líderes. Declararon que la vuelta a la Constitución de 2004 sería la mejor solución de la actual crisis política y, por supuesto, vilipendiaron al “bandido de Donetsk”6 Las cifras del discurso sobre Ucrania como “un puesto avanzado de Europa en la Tercera Guerra Fría” y demás produjeron a veces asombro y un estado de ánimo amargamente irónico. Casi todos los oradores empezaron y terminaron su discurso con el grito “¡Gloria a Ucrania!”, que provocó la respuesta unánime: “¡Gloria a los héroes!”, un lema que tradicionalmente se ha asociado con el Ejército Insurgente Ucraniano.
Una mezcla ecléctica de nacionalismo (a menudo nada “respetable y civilizado”) y occidentalismo es un rasgo característico del Maidán. Con este triste telón de fondo, aprecié el discurso de un representante del “Automaidan” [grupo autoorganizado que utiliza vehículos en las protestas], Volodymyr Yavorski, que se abstuvo de hacer elogios a figuras de la oposición ávidas de poder y de saborear ilusiones europeas y constitucionales, sino que simplemente instó a la gente a seguir luchando persistentemente por sus derechos e intereses contra quienes les oprimen y humillan.
Entre las cosas más jugosas, cabe mencionar la retórica del nacionalista Tyahnybok sobre la alianza de Ucrania con el mundo occidental y la próxima entrada del país en el FMI… ¡Qué maravilla! ¿Qué tendrían que decir al respecto los hermanos occidentales afines a Tyahnybok, que queman banderas de la UE en todos sus actos importantes?
En general, la veche [asamblea] dejó una impresión bastante deprimente. En primer lugar, por la actitud en general leal de los participantes a todo lo malo antes señalado y a las figuras de élite de la oposición como tales. Pero aún más porque no se trata de una verdadera “veche”, sino de la misma concentración “comunista” parecida a aquellas en las que la gente coreaba “¡Gloria al PCUS!”, en las que sólo puede hablar la élite y a todos los “peones” se les ofrecen opiniones ya hechas e instrucciones sobre cómo comportarse.
La conocida variante moscovita de Occupy Abay con una asamblea general (en la que participan, según las estimaciones más ambiciosas, hasta 4000 personas) no funcionará aquí, entre cientos de miles; obviamente, necesitamos una red de asambleas que coordinen sus decisiones y acciones a través de delegados con instrucciones del colectivo que los nombró. Y la tribuna, por supuesto, debe estar abierta a todas las personas, y obviamente no debe haber una sola. De lo contrario, estaremos inevitablemente ante una forma elitista y autoritaria de organizar el movimiento de protesta, y es poco probable que los frutos de tal movimiento sean dulces.
Tengo ciertas esperanzas asociadas al hecho de que los “líderes” ya han demostrado repetidamente ser traidores, y sólo ahora se comprometen a ser “intransigentes” para complacer el estado de ánimo del Maidan. Quizás la situación con la traición permanente de los autoproclamados portavoces de la voluntad popular impulse a los luchadores del Maidan a buscar otras formas de lucha e ideas nuevas. La buena noticia es que la credibilidad de los bocazas de la televisión no es muy alta entre las personas nativas de la Plaza de la Independencia.
Svolota
[Se trata de un juego de palabras con el nombre del partido “Svoboda”; svolota significa “escoria”].
Como se vio después, éste no fue el acontecimiento más emotivo del día. Por la noche, por primera vez, experimentamos aquí la agresión de los fascistas. Los jóvenes de la odiosa Svolota intentaron mostrar al mundo las maravillas del valor ario de forma organizada, con porras, cascos, chalecos antibalas y en mayoría numérica. Al acercarse al grupo de anarquistas, los idiotas empezaron a amenazar y a exhibirse.
La cosa no pasó de un enfrentamiento verbal, pero quedarse desarmado delante de las porras no fue muy agradable, por decirlo suavemente. También es sorprendente la incapacidad o falta de voluntad de la “oficina de seguridad” de Maidan para detener tales acciones por parte de la escoria, ya que no es la primera vez que ocurre. Además, este incidente fue una buena ilustración de la “tregua” entre las fuerzas que participan en la revolución Maidan que son hostiles entre sí.
Д. Ch. MPST
IV. Diario ucraniano, día 3: la vida en el Maidán
Publicado el 11 de febrero de 2014
Habiendo interrumpido la crónica diaria, quiero escribir unas palabras sobre la vida cotidiana de los y las manifestantes en el Maidan. Caminando detrás de las barricadas en el centro de Kiev, te encuentras en una “ciudad rebelde” natural. Por todas partes hay tiendas de campaña militares aisladas, equipadas con estufas y generadores de gasolina. Aquí viven los nativos de Maidan, los que están pendientes de la lucha las veinticuatro horas del día. Además, mucha gente viene aquí todos los días a curiosear y/o protestar…
En el interior de las tiendas de acampada se pueden ver literas de fabricación rudimentaria, mesas para comer, varios rincones con cosas apiladas, en particular ropa recogida por voluntarios para ayudar a los combatientes del Maidan. Hay mucha leña apilada dentro y alrededor de las tiendas, ya que las cocinas de leña consumen mucho combustible. Fuera, se puede ver el humo que sale de las chimeneas de las tiendas de los manifestantes. Algunas de las tiendas son grandes, otras son más pequeñas, y a veces no hay suficientes plazas para dormir, así que tenemos que poner espuma de poliestireno o chaquetas en los bancos y el suelo, que es el asfalto de Khreshchatyk [la calle principal de Kiev], a veces cubierto con contrachapado o tablones, y a veces completamente desnudo.
Durante el día, Maidan se llena de tiendas que venden recuerdos o helados (o, en su defecto, vino caliente). Empresarios avispados ya han empezado a fabricar imanes y chapas con símbolos del Euromaidán. También hay muchas tazas y bufandas “patrióticas” a la venta, y pasamontañas para los luchadores de autodefensa o simplemente para presumir.
También hay cocinas de campaña. Hay bastantes. Varios equipos de personas voluntarias preparan comida y té y los distribuyen gratuitamente a todo el mundo. Es cierto que la comida es sobre todo carne, lo que para nosotros, los anarquistas, es una desventaja importante. También se han establecido puestos de asistencia médica.
Un tema aparte: los aseos locales. Por desgracia, el número relativamente pequeño de aseos públicos de la Plaza de la Independencia y Khreshchatyk es claramente incapaz de dar servicio a tanta gente, por lo que se encuentran en un estado deplorable y utilizarlos es una tortura, y cada día más difícil. Es un placer ir al baño en uno de los cafés cercanos.
Otra historia es la Casa de Ucrania. Hoy en día es un auténtico centro cultural: hay una biblioteca, una sala para proyecciones de películas y conferencias, muchas de ellas muy interesantes (las organiza la “Universidad Libre”, y cada uno puede proponer su propio tema de conferencia o película). Hay un bufé gratuito en el sótano y una exposición de pinturas sobre escudos de Berkut [policía antidisturbios ucraniana] capturados, quizá lo mejor del arte contemporáneo en este momento. Hay un punto de recarga de teléfonos y mucho más.
En general, en la Casa reina una atmósfera de permanente energía creativa. Incluso el baño es bastante civilizado aquí. Y por eso, no es casualidad que ayer (9 de febrero), cuando hubo un conflicto entre representantes de varios grupos de autodefensa, se difundiera en plataformas fascistas la falsa información de que “Alguien vino a cargarse a lxs anarquistas” -estos imbéciles pueden sentir que aquí está pasando algo que es exactamente lo contrario de toda su existencia.
En general, en esta “ciudad rebelde” coexisten dos fenómenos paradójicos. Tras un largo periodo de inactividad, el bando de Maidan se está cociendo lentamente en su propio jugo, “pudriéndose” en la incesante gestión de los asuntos cotidianos, y aburriéndose poco a poco. Los conflictos también surgen por este motivo. Además, estos lugares atraen como un imán a todo tipo de forasteros y bichos raros, que estropean el panorama y, en general, no aportan nada bueno al ambiente.
Al mismo tiempo, aquí también ocurre algo totalmente opuesto. La gente de por aquí muestra su iniciativa en la dirección que quiere: algunos cocinan, otros construyen, otros educan, otros luchan… y esto es una vibrante actividad vital productiva, como probablemente la caracterizaría Erich Fromm.
Espero que la segunda tendencia prevalezca siempre sobre la primera. Pero para que así sea, sin duda hay que seguir presionando y avanzando hacia el verdadero objetivo de todo ello: la emancipación. Debemos admitir que hay quienes ven aquí su vocación no como actividad productiva, sino como mandar y gobernar. Desgraciadamente, estas personas también son muy activas e intentan cumplir sus objetivos, a veces con cierto éxito; por cierto, difieren bastante de quienes se dedican a auténticas actividades de organización y coordinación. Como resultado, la vida de la Maidan ya se ha cubierto de una buena cantidad de moho burocrático, y los recién nombrados “jefes” y la “seguridad” están creando a veces importantes obstáculos a la existencia normal.
Para terminar, no podemos dejar de mencionar los monumentos conmemorativos a los caídos en las batallas con los Berkut. Estos símbolos y monumentos de tragedia y abnegación pueden encontrarse cerca de una de las barricadas frontales de la calle Grushevsky, así como en la propia Maidan.
Д.Ch.MPST
V. Diario ucraniano, días 4 y 5: La vida de la asamblea estudiantil y la vida cotidiana de la revolución
Publicado el 13 de febrero de 2014
El día de anteayer (10 de febrero) transcurrió con cierta confusión y bullicio. Abordamos cuestiones organizativas, celebramos una reunión de los y las anarquistas activos en la Maidan e hicimos planes organizativos (por superstición, os hablaré de los planes sólo cuando lleguen a buen puerto). Luego nos instalamos en nuestro nuevo lugar de residencia y lucha -en la liberada Casa de Ucrania- en la Asamblea de Estudiantes, una isla de pensamiento y actividad libertarios en la Maidan.
La gente de la Asamblea están activos las 24 horas del día; mantienen una estación de carga de teléfonos móviles y organizan proyecciones de películas y debates. Es la Asamblea la que organiza una iniciativa muy importante y noble de hacer guardia en los hospitales, donde se atiende a las víctimas de la violencia policial en la calle Grushevsky y que, como participantes en el levantamiento popular, se enfrentan al riesgo de ser arrestadas y, en el mejor de los casos, a literas del gobierno en lugar de una litera de hospital. Estas detenciones y secuestros se llevan a cabo en secreto por la noche, violando todas las normas y leyes de procedimiento. Por eso, la presencia de personas voluntarias haciendo guardia y la obstrucción directa de las acciones de los policías ya ha salvado a varias personas de las imprevisibles consecuencias de una detención ilegal. La vida en la Asamblea de Estudiantes está en pleno apogeo, y hay que reconocer el mérito de la hospitalidad y cordialidad de nuestras camaradas hacia nosotros y nosotras.
Una cosa triste: hay un montón de tipos duros con pasamontañas y armaduras husmeando constantemente por el edificio de la Casa de Ucrania, manteniendo el lugar en orden, por así decirlo. Por un lado, es importante mantener un espacio sobrio, para ahuyentar a los provocadores y alborotadores. Pero, por otro lado, ver periódicamente a dos tipos duros enmascarados arrastrando por los brazos a una chica que llora o a un joven triste es muy desagradable. Los nuevos policías (al menos, muchos de ellos) son extremadamente groseros y maleducados, y cualquiera que pregunte qué ha hecho la persona a la que arrastran recibirá como respuesta, en el mejor de los casos: “¡Nadie te ha preguntado!” o “¡Cállate o serás el siguiente!”.
A estos tipos les gusta parecer amenazadores y agitar sus credenciales de “seguridad”, etc. Es curioso y al mismo tiempo amargo ver cómo el fenómeno “el poder corrompe”, establecido desde hace mucho tiempo, se reproduce una vez más sin ninguna resistencia perceptible. Parece que muchos de estos tipos, los “policías del pueblo”, que tienen la gran responsabilidad de mantener el orden pero sin convertirse en bestias represivas, a menudo están comprometidos con un profundo sentido de su propia grandeza y rápidamente le cogen gusto al poder. En el futuro, esto dará lugar sin duda a problemas aún mayores.
En definitiva, gracias a este tipo de incidentes, en la Cámara y en el Maidan en general reina un ambiente bastante agresivo. Decir “el imperio de la fuerza” sería una exageración, pero es cierto que la fuerza ocupa aquí un lugar mayor del que debería cuando se trata de cuestiones internas.
Además de la “policía”, hay muchos otros grupos de trabajo que operan en la Casa de Ucrania para mantener las cosas funcionando sin problemas aquí y para ayudar a la gente en el Maidan: una estación y un equipo médico, gente de turno y cocinerxs en la cantina, también hay una “capilla” hecha de tiras de cartón con sacerdotes bastante extraños, uno de los cuales ya ha sido escoltado fuera por no ser quien decía ser, y otro acababa de torturar a un cachorro que entró en el territorio sagrado, estaba lloriqueando mucho -se le quitó el poder con escándalo-, afortunadamente, la asamblea de estudiantes estaba justo detrás de un techo de cartón. Aquí también se pueden encontrar electricistas y fontaneros, ya que las averías domésticas son frecuentes.
Д.Ch. MPST
VI. Diario Ucraniano, Días 6 y 7: Un relato de los y las anarquistas de Moscú sobre las protestas en Rusia en la Escuela (Libre) de Vilna en la Casa de Ucrania, una sección anarquista en la Biblioteca Maidan
Publicado el 13 de febrero de 2014
Quizás el acontecimiento más significativo para nosotros el 12 de febrero fue nuestra presentación colectiva como parte de la Escuela Libre, que se celebró por la tarde en la sala principal de la Casa de Ucrania. Hablamos a la audiencia (más de cincuenta personas) sobre la campaña de protesta masiva contra Rusia Unida (el partido gobernante) y Putin en 2011-2012 y el “Caso de la Plaza Bolotnaya”7.
La idea principal que queríamos transmitir a las personas asistentes era que la protesta debía organizarse de forma horizontal. Irónicamente, a pesar de las diferencias entre el movimiento ruso y la insurgencia ucraniana, nosotras también tenemos algo que compartir con nuestros hermanos y hermanas eslavas. Incluso el famoso “consejo de coordinación” de la oposición fue elegido en nuestro país, mientras que aquí muchos puestos ejecutivos (de seguridad y autodefensa), los cargos son nombrados desde arriba: bien por los partidos parlamentarios de la oposición, bien autodesignados, según el principio de “quien se atreve, come”. Estos cuasi-funcionarios no rinden cuentas a los activistas de a pie del Maidán, incluidos los que están constantemente en las barricadas, en la plaza y en la Casa de Ucrania. Al mismo tiempo, sus poderes son mucho más amplios que los que posee el Consejo de la Oposición en Rusia. Huelga decir que esta situación socava la resistencia al autoritarismo de Yanukovich.
Nuestro mensaje fue el siguiente: el pueblo de Ucrania, que ya ha demostrado ser un firme opositor a la tiranía, no debe conformarse con poner sobre su cuello las botas de nuevos opresores en lugar de las de los antiguos. Hablamos de nuestra experiencia en la celebración de asambleas populares durante las “manifestaciones en pie” en Chistye Prudy y Barrikadnaya en Moscú. También llamamos la atención sobre algunas curiosas diferencias en las realidades políticas de Rusia y Ucrania. En particular, en el parlamento ruso no hay partidos que se parezcan ni remotamente a la oposición real al partido en el poder. Paradójicamente, somos “más afortunados” en este sentido, ya que las instituciones representativas y los partidos políticos en Rusia parecen inspirar menos confianza. Recibimos una calurosa bienvenida, y muchos nos apoyaron fervientemente, mientras que otros discutían nuestra posición igualitaria, expresando ideas erróneas comunes sobre la inevitabilidad de las jerarquías sociales y la “imposibilidad” de organizar la sociedad siguiendo líneas diferentes. Por un lado, la gente ha salido a la calle para resistir la coacción del poder, pero por otro, el peso de los prejuicios, el hábito de las actitudes sociales jerárquicas y la estructura vertical de la sociedad siguen siendo muy fuertes y arrastran la resistencia.
Tras varios días de negociaciones con la biblioteca de Maidan y con nuestros compañeros de Kyiv, el 13 de febrero conseguimos organizar una “estantería libre” en la biblioteca de la Casa de Ucrania. Hay publicaciones periódicas anarquistas y folletos teóricos, algo sobre ecología y obras de filósofos de izquierda como Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Guy Debord y otros. Agradeceríamos cualquier aportación de literatura libertaria a nuestro sector bibliotecario. Hasta ahora, ha habido muy poca…
La vida en el “pueblo rebelde” sigue estancada; hoy nadie ha ido a bloquear la Rada [el Parlamento ucraniano], pero la expiración del ultimátum de Yanukovich el 17 de febrero promete traer una nueva oleada.
D.Ch. MPST
VII. Diario ucraniano: Día de San Valentín en Maidan
Publicado el 15 de febrero de 2014
El día de hoy (14 de febrero) transcurrió de un modo bastante ordinario: es decir, consistió en las mismas mil pequeñas cosas de siempre.
El ambiente “romántico” creado en torno al Día de San Valentín llenó también el Maidan con un sonido especial: se vieron chicas monas repartiendo tarjetas de San Valentín a los chicos, así como dandis con ramos de flores. Las tarjetas de San Valentín (ver abajo) exigen estar a la altura de las expectativas. Por supuesto, la cohabitación de muchos representantes de ambos sexos durante un largo periodo de tiempo conduce inevitablemente a una variedad de interacciones, que no está exenta de anécdotas, pero también de historias francamente desagradables… pero, de nuevo, eso es sólo el bagaje cultural de nuestros compatriotas. Al estilo de Europa del Este, como se suele decir…
Sin embargo, los cupidos no revoloteaban por todas partes. Ayer, los locos de Svolota volvieron a aparecer: esperando el momento en que sólo quedaba una persona vigilando la sección anarquista de las barricadas, llegaron en pandilla, agitando cuchillos… y empezaron a pintar sobre las pintadas anarquistas. Con toda probabilidad, este jardín de infancia muestra lo máximo que podemos esperar de las “juventudes” de Svolota.
D.Ch. MPST
VIII. Diario ucraniano: La cocina de Maidan
Publicado el 16 de febrero de 2014
La noche del 14 al 15 de febrero decidí satisfacer mi sentido cívico y hacer un turno en la cocina. Fue probablemente una de las cosas más interesantes que he hecho en el tiempo que llevo aquí. En la cocina siempre faltan personas voluntarias, y la gran mayoría de los que trabajan allí son mujeres. Durante mi turno, la proporción de sexos era de aproximadamente 4:1, más equilibrada de lo habitual.
Alimentar al pueblo despierto (en el sentido político) no es, por decirlo sin rodeos, fácil. La cocina funciona gracias a la comida preparada que se trae y a los alimentos procedentes de las reservas de la revolución, que obviamente se componen de donaciones y/o patrocinios. Incluso por la noche hay mucha gente que quiere comer algo, así que toda la cocina y el buffet, con un total de quince a veinte personas por turno, está en modo cadena de montaje.
Al mismo tiempo, muchos representantes del pueblo despierto no se agobian - ni con la gratitud ni con la cortesía básica. Además, a muchos de los chicos de la cola simplemente no se les ocurre nada mejor que hacer que flirtear insistentemente con las chicas del mostrador, algo de lo que pronto me harté, y que se convirtió en una lección adicional de que la revolución de la conciencia debe ir de la mano de la revolución social. Afortunadamente (¿o no?), las propias hechiceras del catering perciben esta situación de forma más sencilla. En general, como alguien a quien nunca le ha gustado el hiperfeminismo, puedo atestiguar que la cuestión de la discriminación contra las mujeres aquí es real: hay problemas relacionados con la grosería, la redistribución del trabajo sucio a las mujeres, su exclusión de participar en la autodefensa y el acoso.
Algún tiempo después de que empezáramos a trabajar en la cocina, apareció una mujer descontenta (alguna “jefa” local de bajo rango) y empezó a exigir que le dijeran quién estaba utilizando un megáfono para invitar a las personas voluntarias a la cocina desde el piso residencial. No es que nadie allí estuviera especialmente dormido en ese momento, pero la gente de la sede le hizo pasar un mal rato, y ahora ella estaba allí para llevar su ira más abajo en la escala jerárquica. Sin embargo, uno de los muchachos le dio una reprimenda digna, diciendo que el principio “El jefe te castiga, luego tú castigas a un subordinado” es de alguna manera inapropiado en territorio revolucionario.
Pronto empezaron a reclutar un grupo para llevar comida a las barricadas del frente. Sólo los escuadrones de autodefensa de guardia pueden estar allí; no se permite la presencia de activistas normales ni de transeúntes. Las mujeres no pueden estar en las barricadas delanteras. Las personas que reparten comida son escoltadas a través de los cordones por un guardia de seguridad. Cuando yo era un “simple mortal” y no tenía acceso a las líneas del frente, no podía imaginar que hubiera un sistema tan extenso de barricadas frontales cerca del estadio del Dinamo: recorrimos siete, cada una custodiada por un escuadrón de guardia.
En la oscuridad de la noche, yendo lentamente de puesto en puesto, se respiraba una atmósfera de guerra. Los habitantes de aquí, a su vez, no son en absoluto hooligans de fútbol ni estudiantes rebeldes, sino hombres hechos y derechos, quizá con experiencia de guerra. No puedo evitar apreciar que todo esté organizado con tanta seriedad.
Sin embargo, esta situación también tiene un inconveniente, quizá más importante que sus ventajas. La presencia de militares profesionales (o casi profesionales) significa inevitablemente el colapso de cualquier tipo de democracia en el movimiento, ya que, por decisión de sus mandos, estas personas pueden imponer tal o cual orden a todos los demás de forma organizada por la fuerza. Además, según mis sensaciones subjetivas, estas personas no son como las que vinieron aquí a la llamada de la idea, e incluso si me equivoco, lo más probable es que sus valores y objetivos tengan poco en común con los míos. Una espesa atmósfera de derecho de la fuerza, el poder de un hombre con una pistola (o un garrote) se respiraba allí. Este es un problema que requiere reflexión y solución. La contradicción, el conflicto entre el Maidan “militar” y “civil”, es muy clara.
D.Ch. MPST
IX. Diario de Ucrania, 15 y 16 de febrero: ¿Se acerca el final de la inquietante calma?
Publicado el 17 de febrero de 2014
Después de la cocina del Maidan, me desperté tarde. Era 15 de febrero, el acceso a lugares para pernoctar era malo y tocaba darse una ducha pública en la Casa de Ucrania… lástima que no hubiera lavandería pública ni desodorante público para zapatos. El wifi no era mejor que la situación higiénica, así que me apresuré a salir en busca de una red, dejando mis cosas, como de costumbre, en la Asamblea de Estudiantes.
Imaginen mi sorpresa cuando, a mi regreso, me encontré la entrada a la Asamblea bloqueada por gente con cascos, armaduras y porras: hombres de “autodefensa”. A todo el mundo le dijeron que el edificio estaba siendo evacuado, pero que pronto dejarían entrar a todo el mundo durante media hora para recoger. La situación se volvió muy incómoda. Entonces, un hombre duro vestido de camuflaje ordenó, a través de un megáfono, que todo el mundo formara una columna de cuatro personas al pie de las escaleras. Y entonces… a todo el mundo se le dijo que era un simulacro, y que nuestra preparación para la defensa es una mierda, y que a partir de ahora todo el mundo debe obedecer las órdenes de los hombres camuflados sin rechistar y de forma organizada.
En cierto modo, me sentí aliviado. Nos permitieron coger nuestras pertenencias, y la frenética cuestión de dónde pasar la noche dejó de ser un problema. En general, las acciones de algunos políticos especialmente rápidos y arrogantes sedientos de poder, así como los hombres agresivos, crean un sentimiento opresivo de impotencia y alienación del movimiento revolucionario. Esta situación necesita una solución desde hace tiempo. Por todas partes circulan rumores de que pronto los Svolota vendrán a desalojar la Casa de Ucrania, y será necesario llevar a cabo la defensa.
Para la proyección de la película de la noche, la elección fue “El dictador” [presumiblemente la película de 2012 de Sacha Baron Cohen]; nos reímos a carcajadas y el público estaba encantado. Es curioso que la oficina de seguridad no revocara el derecho de la Asamblea de Estudiantes a organizar proyecciones.
Llegó el 16 de febrero y, con él, la “veche” dominical: cientos de miles de personas y políticos lanzando consignas. Todo sigue igual que el domingo pasado. La “ofensiva pacífica” contra los edificios administrativos, de la que muchos habían hablado, no tuvo lugar. El fascista Tyahnybok llamaba a todo el mundo a llevar a cabo lo que se había planeado para el martes. Pero esa misma noche, Svolota volvió a demostrar su carácter traidor. Exigió la liberación del edificio del Ayuntamiento de Kiev (la administración estatal de la ciudad) a cambio de la liberación de presos políticos. En contra de la opinión de un número significativo de manifestantes, el establishment de la oposición decidió arbitrariamente entregar el ayuntamiento a las autoridades.
Y en estos momentos, la escoria de Svolota, en número de varios centenares de personas armadas con porras y escudos, está bloqueando la entrada a la Administración del Estado de la ciudad de Kiev al resto de personas movilizadas. Con toda probabilidad, los traidores fascistas tienen la intención de entregar por la mañana a los opresores el edificio, que fue ocupado durante los encarnizados enfrentamientos.
D.Ch. MPST
X. Diario de Ucrania: Culminación
Publicado el 20 de febrero de 2014
En realidad, el diario ya ha terminado. Escribo estas líneas siguiendo las huellas desvanecidas de la memoria, sentado en un mullido sillón y sorbiendo Borjomi en Moscú. Me avergüenzo de estar aquí, y de que muchas personas que ya se han convertido en significativas para mí estén allí. Sólo puedo justificarme con el hecho de que no me fui de allí por miedo. De verdad.
La mañana del 18 de febrero, el día por el que Ucrania está ahora de luto, era cálida y soleada como la primavera. Era el segundo día tras el fin del ultimátum que exigía la entrega de los edificios tomados y el desmantelamiento de las barricadas. Sí, claro. La tregua había terminado.
También era el día en que el Parlamento debía comenzar su sesión. Por eso, por la mañana, una columna de manifestantes se dirigió hacia el edificio de la Rada desde Maidan Nezalezhnosti por la calle Institutskaya. Los accesos estaban bloqueados por los Berkut y las callejuelas, por camiones (igual que en marchas similares en Moscú). En la Casa de Ucrania tardamos mucho en prepararnos. Mientras tanto, se entró en estado de sitio.
Las fuerzas de autodefensa dijeron que sólo dejarían salir a la gente antes de comer, pero que no dejarían entrar a nadie. Se sacaron las ventanas de la planta baja para hacer barricadas adicionales. Se extendieron rumores de que Berkut y las tropas nacionales pasarían a la ofensiva. Desde el porche de la Casa de Ucrania, teníamos una buena vista de la barricada de la calle Grushevsky, y podíamos ver que empezaban a elevarse nubes de humo negro procedentes de neumáticos quemados. Sorprendentemente, esto estaba en armonía con la atmósfera de este luminoso día de primavera.
Finalmente, nos dirigimos a la calle Institutskaya. Llegamos justo en el momento en que la multitud de manifestantes salía de su estancamiento y empezaba a moverse lentamente. Los francotiradores de Berkut se habían instalado cómodamente en el tejado de una de las casas, y las principales fuerzas de policía, erizadas de escudos, formaban una “tortuga” [una formación defensiva]. La gente rompió el pavimento, preparó cócteles Grushevsky, se puso los respiradores y las vendas de gasa; los que tenían máscaras antigás se las pusieron. Ha comenzado…
Intentémoslo sin grandes poesías, pero en esencia. Esto puede ser útil cuando te encuentres en una situación similar, querido lector o lectora.
Es importante utilizar el miedo: para que te ayude a evitar meterte en ciertos líos, pero que no desemboque en pánico y huida. Personalmente, tenía un miedo incesante a que me alcanzara una bala o una granada. Hace tiempo que sé que estoy lejos de ser un temerario, y lo digo sin una pizca de coquetería. Ahora, por primera vez, me interesé por la esencia de un sentimiento como el valor. ¿Qué es? El miedo me obligaba a estar más cerca de la gente, a no sobresalir demasiado, a no correr delante de la multitud. Tenía un sentimiento mezquino: aquí somos muchos, la posibilidad de que me disparen es pequeña. Tenía un sentimiento infantil: ““¡Vaya, estoy dentro de la revuelta! ¡Igual que lo vi en la tele! Tengo que hacer una locura!”
Pero eso era lo de menos. Junto al miedo, había un sentimiento parecido al vacío: la obligación silenciosa de quedarse y actuar. Casi nunca se formula verbalmente. Simplemente es así. ¿Quizás el coraje sea eso? Además, es importante empezar a actuar con sentido, y no sólo quedarse parado o correr estúpidamente de un lado a otro.
Aquí vuelan las primeras piedras, las primeras balas de los policías y las granadas flash-bang (aturdidoras)… Se oyen gritos: el grito de guerra.
En ese momento, suena el sonido de las gaitas: la canción rebelde “Ribbon by Ribbon”, uno de los grandes éxitos aquí. En ese momento, comprendí realmente el significado de los músicos de guerra del pasado: la melodía marcial te pone en estado de trance bélico, te imbuye de la grandeza del momento, de la necesidad de mostrar valor. ¿No es por eso por lo que nos encanta pasear con un reproductor de música, porque la interminable y hermosa banda sonora da algún sentido al gris de la vida cotidiana y la rutina? Cuando suceden grandes cosas, la banda sonora es aún más apropiada.
A continuación, vayamos punto por punto:
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Lo más estúpido es quedarse ahí aturdido y esperar a que pase algo. Al principio, la mayoría de los manifestantes hacen exactamente eso. Una forma segura de atrapar los “regalos” de la policía sin hacer ningún bien. Además, las multitudes impiden el movimiento rápido de grupos de personas activas. El único beneficio condicional es la creación de una sensación de participación masiva. Creo que una gran multitud reducirá el afán de los policías de pasar al ataque. Pero no estoy seguro al 100%. Así que el perjuicio de la inutilidad es concreto, y el beneficio es efímero.
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Al lanzar una piedra, es importante mirar detrás de ti. Se han dado casos de gente que se ha balanceado y ha golpeado a sus propios compañeros que estaban cerca. Es aún más importante comprender que sólo se debe lanzar una piedra cuando se está en una de las primeras filas. Hubo personajes emocionados que lanzaron piedras eufóricos desde el centro de la multitud. Como resultado, las piedras aterrizaron en sus propias primeras filas. Espero que ninguno sufriera heridas graves en la cabeza.
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Los escudos pueden proteger contra las balas de goma y los chorros de los cañones de agua. Los escudos se pueden tomar de la policía antidisturbios o fabricar en casa con madera contrachapada o chapa metálica. Los sostienen los compañeros de la primera fila, cubriendo a los demás. Los escudos también se pueden utilizar para hacer salidas cuando un grupo de camaradas avanza, las tres o cuatro primeras personas les cubren con los escudos, mientras lanzan piedras o cócteles o empujan neumáticos al fuego.
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Hablando de neumáticos ardiendo. Su papel es un arma de doble filo. Por un lado, amontonar neumáticos ardiendo impide a los policías cargar, y el humo impide a los francotiradores de la policía apuntar a objetivos precisos. No es casualidad que el cañón de agua se dirigiera principalmente contra los neumáticos. Pero no son tan fáciles de extinguir una vez que han estallado en llamas. Por otra parte, los neumáticos también impiden a los manifestantes avanzar si tienen la oportunidad de atacar.
Así que estalló la batalla. Pronto varios valientes subieron al tejado desde el que los agentes de Berkut disparaban y lanzaban granadas, y los policías tuvieron que retirarse. Esto causó gran excitación y fue una importante victoria táctica.
Pronto la policía antidisturbios se abalanzó desde el callejón opuesto y dividió temporalmente en dos a la multitud de manifestantes, pero al cabo de unos instantes los expulsaron, hasta el punto de que varios policías fueron inmovilizados contra la barricada y hechos prisioneros. Fueron conducidos hacia Maidan, mientras se mantenía alejados a los tipos especialmente acalorados que intentaban lincharlos.
Varias veces más, las oleadas de los Berkut y del pueblo chocaron sucesivamente. Aparecieron los primeros heridos graves, y la gente de la brigada médica voluntaria les ayudó todo lo que pudo.
En ese momento, el infantilismo se desvaneció, dando paso al deseo de no avergonzarme, pero también de no recibir un disparo o el impacto de una granada. Acompañé a un herido de la primera línea hasta los médicos, se volvió hacia mí: no se le veía el ojo y le salía sangre de la cuenca ocular, que le salpicaba casi la mitad de la cara: “¿Oko tsilo?” (“¿Está intacto el ojo?”) me preguntó… Le dije que todo iría bien, que sólo teníamos que llegar a los médicos. Espero haber tenido razón. “Oko” es una palabra arcaica para nosotros, una palabra poética, mientras que en ucraniano significa simplemente ojo, y este ojo ensangrentado me hizo recuperar la sobriedad.
Luego hubo noticias de docenas de muertos. Es terrible, pero no puedo sentir el dolor de estas personas y de sus seres queridos en toda su extensión, porque sólo me he enterado. Pero esos personas con las cabezas destrozadas y los ojos desorbitados (me temo que irremediablemente), yo mismo las vi, empaticé con ellas y, paralelamente, temí por mi propio pellejo. Así que por la cuestión de la seguridad:
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El equipo mínimo que necesitas para participar en un enfrentamiento de este tipo es un casco de construcción, guantes y algo para cubrirte la cara. Ni te molestes sin esto. En general, es una buena idea llevar un casco militar, un chaleco antibalas y rodilleras deportivas para proteger al máximo las partes más vulnerables del cuerpo, restringiendo al mismo tiempo mínimamente los movimientos. Mi casco de construcción fue alcanzado varias veces por objetos hostiles desconocidos: perdigones o fragmentos de granadas flash-bang. El impacto no fue muy grave, pero no quiero saber qué me habría pasado si no hubiera llevado ese casco.
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Como ha demostrado la práctica, los ojos son muy vulnerables y pueden sufrir traumatismos. En consecuencia, necesitas gafas protectoras, obviamente no las habituales de cristal. Quizás las de protección airsoft servirían, pero unas más duraderas serían mejores. Un impacto directo incluso de una bala de goma en un ojo desprotegido es un desastre.
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Varias veces explotó una granada muy cerca. Sólo en la televisión las granadas de aturdimiento parecen casi inofensivas. De hecho, cuando una granada de este tipo explota, se oye un ruido muy fuerte que golpea los oídos con mucha fuerza. Todavía hoy me duelen los oídos, y el zumbido que siento en ellos dos días después no ha remitido del todo. Además, las granadas lanzan metralla que puede quemar y herir. Los tapones para los oídos son probablemente una mala idea, porque crean una sensación de vacío, ralentizan tu tiempo de reacción, embotan tu capacidad para orientarte e interfieren en tu capacidad para comunicarte con tus compañeros. En mi opinión, los auriculares de tiro son más adecuados. No sé cuánto tiempo pueden resistir los oídos humanos semejantes golpes. Pero creo que dos o tres más habrían bastado para provocarme problemas de salud. Por eso merece la pena protegerse los oídos.
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Es importante mantenerte unido a tus amigos. Comprueba periódicamente cómo están, para que, si pasa algo, nadie se quede atrás o sea detenido sin que nadie se dé cuenta.
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La policía utiliza mucho gas lacrimógeno, que un servidor tuvo el disgusto de inhalar en un par de ocasiones. En consecuencia, una simple venda de gasa no es la mejor opción. Un respirador de verdad o, mejor aún, una máscara antigás serían más útiles. Además, los voluntarios se pasearon entre la multitud repartiendo rodajas de limón, aconsejando a la gente que se las frotara en la cara y en las mascarillas. Decían que esto también ayudaba con el gas.
Pronto apareció un vehículo blindado, rociando algo morado que olía como un líquido limpiador desde la unidad que llevaba montada. Al parecer, era una especie de gas guay.
Al cabo de un rato, salimos de la calle Institutskaya para comer algo y cambiarnos de ropa. Ese fue el momento en que la policía lanzó una ofensiva general. Estábamos en la Plaza de Europa, a tiro de piedra de lo que ahora se ha convertido en la legendaria calle Grushevsky. Íbamos a ir a la Casa de Ucrania, que también se encuentra cerca.
Se oyeron estruendos y gritos. Una multitud variopinta salió corriendo por el lado de la barricada de Grushevsky, seguida por una gran multitud de tipos con camuflaje y cascos -luchadores de autodefensa- perseguidos por un enjambre innumerable de policías de Berkut, como las hordas de Batu Khan [un gobernante mongol de principios del siglo XIII, fundador de la Horda de Oro]. Desde fuera, todo parecía épico, como sacado de una película de guerra.
Los Berkut empezaron a avanzar hacia Maidan, dejando la Casa de Ucrania en realidad en su retaguardia, ligeramente a un lado. Aunque estábamos nerviosos y aterrorizados, esto nos dio la oportunidad de evacuar a los heridos junto con medicinas y algunas otras cosas de la Casa de Ucrania. Tuvimos que romper las ventanas del primer piso para poder salir por la parte trasera, no por la puerta principal directamente al Berkut. La defensa de la Casa, que había sido preparada y fortificada durante al menos dos semanas, se derrumbó al instante, antes incluso de que hubiera tenido lugar una batalla.
El avance en Grushevsky nos cogió a todos por sorpresa. Cogimos todo lo que pudimos y juntos nos dirigimos a la catedral de San Miguel. Las campanas repicaban, como lo habían hecho unos meses antes durante el primer desalojo del Euromaidán.
Entonces comenzó el asalto al Maidan, pero al quedarme sin casco, me mantuve alejado de la primera línea. Sin embargo, el calor de las barricadas y tiendas en llamas también me alcanzó a mí. Para entonces, algunas de las tiendas de Maidan ya habían ardido totalmente: Berkut había utilizado algunos de los cócteles incautados a los insurgentes. Puedes leer más sobre estos sucesos en las noticias.
Después de ver otro fuego artificial de la policía, que me quemó a mí y a la gente que estaba cerca con un crepitante “fuego de Bengala” [pirotecnia], decidí que era hora de ir a la estación de tren. De un modo u otro, aquel día tenía que marcharme.
Otras lecturas
- Sobre la vida de Dmitry Petrov
- “La revolución ucraniana y el futuro de los movimientos sociales”
- Sobre la participación de otro antifascista ruso, Alexei Sutuga, en las protestas de Maidan
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Uno de los muertos fue el anarquista Sergey Kemski, autor de “¿Oyes, Maidan?”. Algunas pruebas sugieren que Kemski pudo haber sido tiroteado por nacionalistas pro-Maidán y no por la policía. ↩
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Con ello, Dmitry seguía los pasos del anarquista ruso Mijaíl Bakunin, que desarrolló su política anarquista en el curso de sus esfuerzos por actuar en solidaridad con el pueblo polaco oprimido (ya que gran parte de Polonia era una colonia rusa en el siglo XIX). Apoyar a quienes se resisten al imperialismo ruso ha sido durante mucho tiempo una prioridad fundamental para los antiautoritarios rusos. ↩
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Es revelador que los nacionalistas se alinearan con el neoliberalismo en Ucrania mientras decían oponerse al “globalismo” neoliberal en Francia y Estados Unidos; la incoherencia y el oportunismo son prácticamente características definitorias del nacionalismo. ↩
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Svoboda comenzó en la década de 1990 como un partido abiertamente fascista en el que participaban cabezas rapadas, pero pasó a una estrategia de traje y corbata para popularizar el fascismo después de que Oleh Tyahnybok se hiciera con su control en 2004. Svoboda obtuvo más del 10% de los votos en las elecciones parlamentarias de 2012; sin embargo, en contra de lo que se temía, perdió apoyo tras las elecciones de 2014. ↩
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Yulia Timoshenko fue una de las líderes de la llamada “Revolución Naranja” que tuvo lugar en Ucrania entre noviembre de 2004 y enero de 2005, como consecuencia de la cual se convirtió en Primera Ministra. Perdió la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ucranianas de 2010 frente a Víktor Yanukóvich por 3,5 puntos porcentuales. El Gobierno de Yanukóvich la encarceló, pero fue liberada en el transcurso de la revolución de 2014. ↩
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El significado de esta referencia no está claro ni para los traductores ni para los editores. Dmitry puede haberse referido a Yanukóvich, o a Nikolay Shchur, o puede haber sido una referencia más general a los matones de Donetsk. ↩
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El 6 de mayo de 2012, la “Marcha de los Millones” terminó con enfrentamientos en la plaza Bolotnaya de Moscú. Varias personas fueron detenidas, entre ellas el anarquista Alexei Polikhovich y el antifascista Alexei Gaskarov. El posterior proceso judicial se asoció a la lucha por la liberación de las personas presas políticas rusas. ↩